La lectura puede convertirse en un pasaje gratuito con destino a nuevos mundos. Nos permite alejarnos de la realidad o acercarnos a ella. Un buen libro es capaz hacernos viajar, aprender, soñar, ponernos en otros zapatos, conocer personajes fantásticos y más.
En un mundo en el cual los teléfonos inteligentes han tomado control, el hábito de la lectura puede irse perdiendo o, en el mejor de los casos, se transforma. Afortunadamente, existen millones de páginas web que ofrecen contenido interesante y un sinfín de libros que se han digitalizado. Sin embargo, son muchas las personas que no cambian el placer de leer buenas historias en su formato tradicional. La experiencia de leer un libro impreso sigue siendo -para muchos- incomparable.
Sin importar el formato del texto, la lectura nos ofrece beneficios grandiosos:
1. Te permite relajarte:
Cuando hablamos de relajación, ¿en qué piensas? Algunas personas alcanzan un estado de paz mientras respiran profundamente, practican yoga o meditación, dan un paseo o escuchan música. Otros prefieren la lectura. Una investigación realizada en el año 2009 en la Universidad de Sussex indicó que la lectura es la forma más eficaz para superar el estrés. Llegaron a este resultado al medir la frecuencia cardíaca y la tensión muscular de los participantes, a quienes sólo les bastó -en promedio- seis minutos para relajarse.
2. Mantiene el cerebro activo:
Una excelente noticia, sin duda. Una investigación realizada a principios de 2013 y que fue publicada en el portal de Neurology mostró, tras una serie de experimentos, que la memoria de las personas que realizaban actividades que le permitían estimular el cerebro (entre ellas, la lectura) se debilita de forma más lenta en comparación con quienes no lo hacían. Incluso, se sugiere que su ejercicio frecuente podría evitar el Alzheimer.
3. Ayuda a dormir mejor:
Si perteneces a la lista de personas que cada noche implora por la llegada de Morfeo, te gustará saber que una de las alternativas que puedes usar para alcanzar un sueño profundo es tomar un buen libro antes de dormir. ¿Recuerdas cuando tus padres te leían cuentos fantásticos antes de acostarte? Parece que ahora todo tiene sentido.
4. Aumenta tu capacidad de comprensión
Seguramente más de una vez te ha ocurrido que la lectura se te hace tan familiar y emocionante que te sientes parte de la historia, que conoces a los personajes, que el autor te habla a ti. Esa es, quizás, la parte más divertida, ¿o no?
Un estudio publicado en PLos ONE a principios de este año sugirió que involucrarse en una historia de ficción podría ayudarte a aumentar la capacidad de ponerte en los zapatos de otros. Al parecer, mientras más te dejes atrapar por la lectura, mucho mejor.
5. Los libros de autoayuda pueden aliviar la depresión
Algunos son escépticos; otros le tienen fe, pero lo cierto es que varios estudios científicos y psicológicos han mostrado la capacidad de los libros de autoayuda para aumentar la sensación de bienestar en el lector. He ahí algunas de las razones de su éxito.
A principios de 2013, un estudio publicado por la revista PLoS ONE, en conjunto con sesiones de apoyo sobre cómo usarlos puede disminuir en cierta medida los niveles de depresión después de un año, en comparación con pacientes que recibieron tratamientos tradicionales. Interesante saberlo, ¿no?
MOSKALA
¨Los libros son el más constante y estable de los amigos; el más sabio y accesible de los consejeros y el más paciente de los maestros¨
jueves, 21 de julio de 2016
¿Por qué es bueno leer?
La Lectura no puede "pasar de moda"
La lectura es una de las primeras actividades que realizara el hombre. La única que brinda la posibilidad de conocer otros tiempos, lugares y personas sin siquiera moverse y a su vez permite echar a volar la imaginación sin poner cotas; actividad que se convirtió en la gran pasión del hombre y que penosa mente en la actualidad se encuentra considerablemente desplazada en el sistema jerárquico de las actividades cotidianas de la sociedad, aún cuando se puede practicar de forma libre y espontánea. Sin embargo, la libertad de la que goza hoy en día la práctica de la lectura ha sido el resultado de una lucha legendaria de los defensores del libro, pues lo que ha existido a lo largo de la historia es más bien toda una campaña de persecución de la lectura. Una campaña sistemática para no dejar leer.
No hay que olvidar que, durante mucho tiempo, la lectura fue un privilegio reservado para una minoría. Había pocos libros y su circulación era muy limitada. Por otra parte, la lectura estaba administrada y controlada por una eficiente maquinaria de informantes, espías e inquisidores, que tenían como única misión perseguir libros prohibidos por la Iglesia o por el Estado y castigar con la prisión o la pena de muerte a los editores que los publicaban o a los que fueran encontrados leyéndolos.
Ejemplos de esto, como describe Peña Borrero (2004) fueron los invasores turcos y romanos que destruyeron la Biblioteca de Alejandría y con ella se perdieron los setecientos mil volúmenes que contenían casi toda la información existente sobre la Grecia antigua. La Inquisición ordenó quemar La Divina Comedia, las traducciones de la Biblia al español y muchos otros libros preciosos, por el sólo hecho de estar escritos por autores judíos. Otras obras capitales de la cultura occidental, como las Meditaciones Metafísicas de Descartes, Don Quijote de la Mancha o el Emilio de Rousseau, estuvieron prohibidas muchas veces por las autoridades eclesiásticas o civiles.
Sin embargo, a pesar del precio que suponía leer en aquellos momentos, los fieles e intransigentes seguidores de los libros (tanto escritores como lectores) no se dejaron someter; incesantes en su cometido lograron cada vez una mayor emancipación del libro ya que las descripciones iconográficas muestran a través de la historia las disímiles situaciones de la lectura.
A lo largo de la historia "se puede observar al lector solo con su libro o mientras lee ante un auditorio que lo escucha; al maestro en plena lectura en la escuela, al orador que declama su discurso con el escrito ante sus ojos, el viajero leyendo en el tren, el comensal tumbado leyendo un rollo que tiene entre la manos y a la adolescente leyendo atentamente de pie o sentada en una galería. De fuentes literarias se sabe que se leía también cuando se iba de caza, mientras se esperaba que la pieza cayera en la red o durante la noche para vencer el tedio del insomnio".
En los siglos XVIII y XIX, para muchas personas, el único contacto con el arte, o el único pasatiempo, era la lectura de romances; leer y escribir se convirtió en la piedra de toque de la participación en el mundo de la cultura, en la herramienta indispensable del hombre moderno, por lo menos, inicialmente, del que formaba parte de las élites que orientaban y dirigían a la sociedad.
La lectura constituye una de las actividades más difíciles y encantadoras que conoce la humanidad. Se comparte la idea de Henríquez (1975) cuando expresó:"Saber leer es interpretar la palabra, aprisionar esa entidad alada de que habla Homero. Cuando cultivamos la palabra, estamos formando más que el saber, el ser; porque la palabra no es cosa que venga del exterior, sino algo que brota de la raíz humana y cuyo desarrollo corresponde a un crecimiento interno. Por el cultivo de la palabra se crean en el individuo condiciones para comprender y expresar cuanto alcance su mente, aptitudes para vaciar todo saber que adquiera en el molde del lenguaje, forma universal de comunicación de las ideas.La lectura es la llave que posee el hombre para abrir las puertas del mundo de la cultura universal.". Y es que la lectura enriquece el ser de los hombres, su mundo espiritual, contribuye a la formación de valores.
Leer tiene que ver con actividades tan variadas como la dificultad de un niño pequeño con una frase sencilla en un libro de cuentos, un cocinero que sigue las normas de un libro de cocina, o un estudiante que se esfuerza en comprender los significados de un poema. Leer proporciona a las personas la sabiduría acumulada por la civilización. Los lectores aportan al texto sus experiencias, habilidades e intereses; el texto, a su vez, les permite aumentar las experiencias y conocimientos y encontrar nuevos intereses. Es la vía esencial para adquirir todo tipo de conocimientos. Por tanto, sienta las bases de la plenitud espiritual, siempre y cuando se realice de una manera gratificante para uno mismo, sin más obligación que la necesidad de vivir más allá de la realidad que existe bajo nuestros pies.
La importancia de la lectura para los adolescentes
Los adolescentes que leen constantemente tienen un pasatiempo al cual se puede acceder fácilmente que estimula la imaginación y la función cerebral. La lectura expande significativamente la mente de un adolescente mientras le da una herramienta eficaz para mantener el estrés y el aburrimiento a raya. De acuerdo con el grupo nacional sin fines de lucro, "Reading is Fundamental", los adolescentes pueden escapar del ruido, la tensión y el aburrimiento a través de un libro. Ese escape puede convertirse en un hábito saludable que se mantiene de por vida.
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Apreciacón por la diversidad
A través de la lectura, los adolescentes aprenden sobre el mundo y sus diferentes culturas. Los personajes inspiradores de novelas o artículos ayudan a los jóvenes a reconocer y desarrollar el respeto por la moralidad y la integridad dentro de las diferentes culturas. Peggy Gisler, Ed.S. y Marge Eberts, Ed.S., con FamilyEducation.com, aconsejan leer, ya que la lectura ayuda a los jóvenes a ampliar sus horizontes a medida que aprenden acerca de las personas de todo el mundo y los problemas que enfrentan. La lectura a menudo ayuda a los adolescentes a encontrar soluciones a sus propios problemas.
Alivia el estrés
La lectura es una actividad tranquila que calma los nervios naturalmente y proporciona una forma de relajarse de manera estimulante pero segura. Muchos adolescentes mantienen horarios agitados, con actividades académicas y extracurriculares. Tomarse tiempo regularmente para disfrutar de un buen libro ayuda a aliviar la presión y la ansiedad que proviene de los deportes y la escuela. "Reading is Fundamental" dice que los estudiantes que leen con frecuencia, por diversión, tienen mayores puntuaciones en dominio de la lectura, en comparación con aquellos que leen con menor frecuencia.
Desarrollando habilidades cognitivas
La lectura ayuda a los adolescentes a aprender nuevo vocabulario y desafían al cerebro a comprender las líneas argumentales, desarrollo de personajes y temas. Estas tareas estimulan las células del cerebro y el pensamiento cognitivo. La lectura durante los primeros años de la adolescencia aumenta las reservas cognitivas y la capacidad de la mente para defenderse de las enfermedades neuropatológicas tales como la demencia. De acuerdo con el Instituto Franklin, un museo de Filadelfia reconocido como uno de los centros de ciencias más antiguos dentro de la educación, los hábitos de lectura desarrolladas antes de los 18 años son un indicador clave de la función cognitiva posterior.
Escape
Los adolescentes desarrollan un amor por la lectura mediante la participación en las novelas dirigidas por una buena argumentación que crea un mundo lleno de pruebas, aventuras y emociones. La lectura de libros puede llevar a una curiosidad en la lectura de otros materiales, como artículos de noticias y editoriales. Al leer, los adolescentes experimentan el pensamiento con el lado derecho del cerebro, que promueve el análisis, la expresión, la intuición y la creatividad.